El metal es un elemento natural que mantiene sus propiedades físicas para siempre. Una vez que el metal entra en el ciclo de «material a material», en el que es reciclado una y otra vez, estará siempre disponible para las generaciones futuras. Esto significa que el metal es un material permanente. Por eso decimos que es un material permanentemente disponible Un material permanente es aquel cuyas propiedades inherentes no cambian durante su uso y a pesar de su reciclaje repetido transformándolo en nuevos productos. Este reciclaje no requiere necesariamente la adición de materia prima o aditivos para conservar su función y las propiedades básicas del material.
Además de resistencia y durabilidad, el envase metálico tiene otra característica importante: es 100% reciclable. Se recicla indefinidamente sin que ninguna de sus propiedades se modifique. Es decir, se el material se reutiliza una y otra vez, de forma continua, ahorrando así recursos y energía y reduciendo emisiones de CO2. ¿Qué significa? Esto conlleva que cuando los productos de metal alcanzan el final de su vida útil son, sencillamente, recogidos de los contenedores y reciclados una y otra vez, sin pérdida de sus propiedades inherentes. Este proceso se conoce como reciclado real. Tanto la industria del envase metálico como el sector asociado del reciclado están fuertemente comprometidos con este proceso de reciclado real. Así, actualmente la cifra de reciclaje conjunto de acero y aluminio supera el 85,8% de la producción para cumplir con el objetivo conjunto de causar el mínimo impacto medioambiental.
La sociedad demanda cada vez más y más recursos, pero estos son limitados. Por esta razón gestión eficiente de estos recursos se ha convertido en una absoluta prioridad. El metal, siendo un material permanente y altamente reciclado -y reciclable-, ahorra en materias primas, consumo de energía y en las emisiones de CO2.
La economía circular es, según la Fundación para la Economía Circular, un sistema económico y social que tiene como objetivo “la producción de bienes y servicios al tiempo que reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y recuros energéticos”. Es decir; su objetivo es convertir los residuos en nuevas materias primas. La industria del envase metálico es el ejemplo perfecto de economía circular en la que los productos se reutilizan y reciclan en un proceso continuo. Así, el objetivo es mantener el metal siempre en uso. Cuando un producto de metal alcanza el final de su vida útil no se pierde sino que, a través del proceso de reciclado, su valor se retiene para siempre.
Los envases metálicos proporcionan una diferenciación y calidad que atrae a los consumidores y ofrece a las marcas múltiples ventajas competitivas. Existen numerosos tamaños, formas y diseños que se adaptan a las exigencias y necesidades de la industria y sus clientes. Pero además, el metal posibilita también excelentes posibilidades en el campo del diseño. Gracias a su fácil deformación se adecua a las modernas tecnologías de fabricación y brinda multitud de opciones.
Desde una perspectiva de economía circular y de aprovechamiento de recursos, el envase de metal es imbatible. Se trata del material que más se recicla en España y ofrece la mejor oportunidad de máximo aprovechamiento ya que no pierde sus cualidades fisicoquímicas en el proceso de reciclaje.
El metal ofrece múltiples soluciones de envasado y, por otra parte, permite ganar eficiencia en la cadena de suministro.
Los envases metálicos ofrecen múltiples ventajas a lo largo de la cadena de suministros:
Organización empresarial del sector de la fabricación de envases y cierres metálicos, en aluminio y acero, fundada en 1926, agrupa a empresas fabricantes de envases y cierres metálicos ligeros, tapas, tapones y precintos metálicos, y actividades afines como la decoración y barnizado de planchas metálicas y su estampación.